Repensando la vivienda

Una de las necesidades básicas del hombre es la de tener un refugio, un espacio en el que sentirse protegidos, donde poder desarrollar las actividades más básicas y personales, es decir tener una vivienda. El de la vivienda, por ser un tema tan importante, ha sido muy investigado y desarrollado en la historia moderna de la Arquitectura. Pensemos en los estudios del s.XIX sobre la cabaña primitiva de Viollet-Le-Duc, pasando por los falansterios de Charles Fourier, hasta la ley de casas baratas de 1911 en España sobre viviendas en cooperativa. 

Falansterios

Y no es un tema del cual se haya dejado de investigar, si no que sigue siendo fundamental en las Escuelas de Arquitectura, incluso pueden encontrarse concursos (pocos, por desgracia) cuyo premio es una beca para el desarrollo de nuevos modelos de vivienda. Este es el caso de estas viviendas experimentales para  alojar estudiantes que presenté para un concurso en el año 2009.



El proyecto parte de dos principios básicos en contraposición: el patio, como espacio colectivo y la vivienda, como espacio individual. El patio recoge la tradición andaluza de lugar de encuentro y tertulia, por lo que los espacios comunes son amplios y están abiertos a un jardín del interior que invita al descanso y además, se encarga de parte del acondicionamiento bioclimático de las viviendas.

Las viviendas están diseñadas para que el conjunto de individuos que las habitan configuren su espacio interior según sus necesidades individuales de cada momento, consiguiendo maximizar el espacio necesario para cada actividad que se desarrollen en el interior de la vivienda. Una primera banda de servicios (cocina, tendedero y baños) independiza la vivienda del patio y libera el espacio interior para acoger los dormitorios, conformados por unas estructuras móviles que recogen las actividades más individuales, como son dormir, cambiarse de ropa, estudiar o leer.


De la posición de las cajas-dormitorios depende la distribución del espacio común de las viviendas, por lo que la actividad individual prima sobre la colectiva, en clara contraposición con el patio donde sucede lo contrario. Esta posibilidad de movimiento permite colocar las cajas-dormitorio donde se quiera, incluso en las noches de calor se pueden sacar a la terraza común para dormir más fresco o simplemente para tener más espacio en el interior de las viviendas.

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