Más madera.

La madera como material usado en la construcción de un edificio presenta numerosas ventajas, que a priori desconocemos. La primera y más importante de ellas es que es un material ecológico, puesto que durante su crecimiento absorbe grandes cantidades de CO2, además ayuda al mantenimiento sostenible de nuestros bosques gracias a una legislación Española y Europea que los protege. Por otro lado, se trata de un material reutilizable y biodegradable, al ser orgánico. Incluso sus desechos son utilizados para la producción de energía. 

No obstante, a la hora de diseñar viviendas unifamiliares, solemos olvidarnos de ella y usarla sólo en los suelos de las viviendas, dejando para la estructura otros materiales como el hormigón armado o el acero. Una vez más, podemos sacar ideas de las grandes obras para aplicarlas a menor escala en viviendas y así conseguir espacios mas interesantes y ricos. Las grandes superficies como centros comerciales, piscinas o polideportivos han venido usando desde hace tiempo la madera laminada para solucionar la estructura de sus cubiertas con unos resultados espectaculares.


De esta forma, gracias al uso de madera en la estructura de la cubierta de una vivienda unifamiliar, se abren infinitas posibilidades de diseño, desde la tradicional cubierta a dos aguas a formas sinuosas y dinámicas, de cubiertas planas a bóvedas, que darán a lugar a espacios únicos, cálidos y perfectamente adaptados a las necesidades de cada familia. 

En muchos ocasiones, a la hora de diseñar una vivienda, el promotor tiende a pedir al Arquitecto lo que ya conoce, perdiendo la oportunidad de hacer algo más adecuado para él y su familia y puesto que esta es la gran ventaja de hacerse una casa (en lugar de comprarla ya hecha), podemos llegar a la conclusión de que está desperdiciando lo más importante, la posibilidad de hacerse algo a la medida de sus necesidades. 

Esto último, unido a la enorme oferta de arquitectos, hace que en muchos casos el promotor escoja al profesional más barato, en lugar del más adecuado, llevando al arquitecto barato a presentar un proyecto poco estudiado, que le llevará poco tiempo en diseñar, con soluciones espaciales, formales y constructivas estándar, que no tendrá que pensar, con lo que el cliente acabará con una casa que no satisfacerá sus necesidades y tendrá que adaptarse a ella. Así tenemos un sin fin de ejemplos de viviendas unifamiliares muy parecidas unas de otras, construcciones monótonas y aburridas que en muy pocos casos se adaptan a las necesidades de cada usuario. 

Una forma de evitarlo es con más madera. 





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