Fútbol, Arquitectura y memoria

Reciente los dirigentes del club de fútbol Real Madrid han anunciado que ya tienen ganador del concurso para la remodelación de su estadio, el Santiago Bernabéu. Hace unos meses decidieron realizar un concurso restringido para elegir el proyecto más adecuado para sus intereses, el cual debía de ser capaz de generar mayores ingresos que el actual estadio, para lo cual se estableció que debería incluir un centro comercial, un enorme aparcamiento subterráneo, un hotel, mejorar los palcos, cubrir el estadio y aumentar su capacidad.


Toda la operación ha sido posible gracias a un convenio firmado con el Ayuntamiento de Madrid por el cual se modificó el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOUM) permitiendo el aumento de edificabilidad, a cambio de crear un espacio verde en la esquina de su solar que da a las calles Concha Espina y Padre Damián y cuatro parcelas en Carabanchel que serán de titularidad pública. En principio un buen trato, por el cual la ciudad de Madrid se verá beneficiada con unos mejores servicios, con la construcción de 600 plazas de aparcamiento y aumento de zonas verdes, con el nuevo parque de 12.000 m2.

Los equipos invitados estaban compuestos por cuatro de los estudios de Arquitectura internacionales más importantes de los últimos años, en colaboración con cuatro grandes estudios españoles; de tal forma que se presentaron Herzog & De Meuron con Rafael Moneo, Norman Foster con Rafael de La Hoz (parece que Rafael es un nombre muy arquitectónico), GMP architekten, junto a Ribas & Ribas y L35,  y Populous con el Estudio Lamela y el gato al agua se lo llevaron los que tenían el nombre más largo.

El equipo ganador estaba formado por el estudio que más estadios deportivos ha diseñado en los últimos años, GMP architekten, un estudio especializado en hoteles, Ribas & Ribas Arquitectos y uno de los estudios más grandes por número de arquitectos en plantilla de España, L35, lo que nos lleva a pensar que técnica y estéticamente será impecable, con unas instalaciones de última tecnología que harán del Bernabéu un estadio más seguro, cómodo y agradable, con multitud de usos que permitirán sacarle un mayor rendimiento económico, que también redundará en la ciudad de Madrid, no obstante...


No se ha tenido en cuenta la historia del estadio, ni su situación en una ciudad como Madrid, el famoso genius loci que decían los romanos. Tanto la propuesta ganadora, como las otras tres presentadas, carecían de un verdadero conocimiento del lugar y de la implicación que conlleva hacer un espacio tan importante en el centro de una ciudad. Mirando las maquetas de los cuatro proyectos, uno tiene la sensación de estar viendo estadios de fútbol que ya ha visto y que quizás estén en Qatar o en Ucrania o Sudáfrica. Son objetos bonitos e impresionantes, pero sin alma, seguro que los veremos también en Brasil dentro de poco.


El Santiago Bernabéu es un estadio que nació con la vocación de crecer. El actual estadio es un proyecto de los arquitectos Monetary y Alemany Soler, que se inauguró en 1947 y a los pocos años se quedó pequeño y fue necesaria una primera intervención que permitió alojar a 125.000 personas. Con el mundial de fútbol de 1982 se realizó una nueva remodelación y otras más en los años 80, entrado el nuevo siglo y la última en el 2.010. 

Si bien se han realizado unos cuantos cambios a lo largo de su historia, todos tenían la premisa de mantener el espíritu del estadio, un edificio monumental de hormigón visto que dejaba ver sus graderíos al exterior, con una expresividad casi brutalista que le confería una originalidad y un carácter únicos. Cada intervención dejaba tras de sí elementos nuevos, como las cuatro elegantes torres de escaleras y rampas circulares en las esquinas o los cilindros metálicos que sobresalen de entre las costillas de hormigón en las fachadas y que acogen palcos y otros servicios del estadio, que eran plenamente reconocibles y explicaban la larga historia del edificio, casi como una casa familiar en la que cada generación deja su huella, sin dejar que se perdiese su esencia original.

Esta historia familiar no ha podido mantenerse por más tiempo. Por lo menos nos queda una elegante pieza escultórica en medio de Madrid. Y como no va a ser todo malo, me gustaría hablar de un estadio, también en Madrid, que ha asumido su historia en su futura ampliación y que no es otro que el estadio olímpico de Madrid o la peineta, como popularmente se le conoce.


Este estadio, construido en los años noventa del siglo pasado por los arquitectos españoles Cruz y Ortiz, se encuentra en las afueras de la ciudad y desde el año 2.011 lleva inmerso en unas obras que acabarán cerrándolo completamente y está cubierto con una elegante cubierta ondulada. Pero lo más bonito de esta remodelación es que mantiene su esencia y su elegante fachada principal formada por una serie de paños paralelos sobre los cuales se apoya la estructura del graderío.


Este es un bonito ejemplo de cómo la Arquitectura debe de servir para recordar la historia y mantener viva la memoria de las ciudades o acabaremos viviendo en bellas ciudades futuristas, magníficas para una postal, pero asépticas y artificiales sin ningún atractivo para el ciudadano que las debe disfrutar.

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